Qué consigna de mierda, pensé. Seis y media de la mañana, todavía en la cama, con la innecesaria erección de rigor, leyendo los mails para ver qué voy a tener que escribir hoy, y me encuentro con esto, una consigna de mierda. El resto de los mails, claro, eran mails de mierda, también. Nadie te manda un mail para darte buenas noticias, pensé.
Me pasé a la silla como pude, dormido todavía. Tenía que meter esas líneas antes de irme, después sería imposible. Qué consigna de mierda, pensé de nuevo. Levanté un poco la persiana, la claridad me lastimó no sólo los ojos, sino también el ego: soy más fuerte que vos, mortal de morondanga, no pido permiso para brillar. La concha de la lora, dije en voz alta. De fondo, el schk schk del cepillo del portero rasgando las baldosas. Abrí la compu, tomé un vaso de agua, me rajé un pedo. Buenos días.
Abrí el bloc de notas sin más, evitando toda otra tentación, porque tenía media hora (tal vez cuarenta minutos) para meter esas líneas, después tenía que salir pitando para el club. Miré la pantalla impoluta, expectante, pidiendo tecla. Qué consigna de mierda, la puta madre, qué carajo pongo acá??? Un colectivo toca bocina, salto como un boludo; puteo de buena gana, como si el fercho pudiera escucharme. Pará, la concha de tu madre!
Escribo cualquier mierda, para empezar. La borro. Voy de nuevo. La borro. Schk, schk, el portero. La claridad, los colectivos, un camión, el barrendero castigando el carrito. Escribo alguna mierda. No la borro, ya fue, algo tengo que poner. Sigo. Es cualquiera. No importa, algo, lo que sea, la culpa no es mía, es del hijo de puta que puso esta consigna. Sobre la pantalla desfilan las letras, que van y vienen mientras pongo y saco y vuelvo a poner, y de fondo, a medida que avanza el sol, mi cara, que se va formando de a golpes. Puta madre, estoy hecho mierda, pienso, tengo que dejar de escabiar, mirá esas ojeras. En fin. Sigo. Pongo y saco.
Siete cero nueve dice el reloj, le pongo punto final. Quedó como el orto, pero quedó. La culpa no es mía, es del hijo de puta que vino con esta consigna de mierda, me justifico. El portero terminó con el cepillo, ahora manguerea. Cierro la compu y me rajo al baño. Me estoy re meando, pero hago en la ducha, ya fue. Me haría una papita, pero estoy apurado. Ya fue.
Salgo de la ducha, me seco, y me pongo desodorante. Prendo la luz, no se ve una mierda acá. Giro, y me veo en el espejo. Pero… qué… no, boludo, tengo que dejar de escabiar, posta, la puta madre, pará boludo dale en serio la puta madre qué onda???? Apago la luz. La prendo de nuevo. Miro bien. La concha de tu madre. Me miro el cuerpo, pero no, eso no, pero la cara… y el pelo… pero no, el pelo podría ser, pero… la cara…
Voy a la habitación, el bobo a mil, me voy a cagar encima, en serio, al puta madre. Bajo la persiana, me miro en el vidrio. La puta madre, diosito, la puta madre, dejate de joder, ayudame, la puta madre. Agarro el celular. Subo la persiana. Me saco una foto. La concha de tu madre, no puede ser, diosito, la puta madre, te juro que no tomo más, por dios que no tomo más, por favor, por favor, la puta madre, diosito, no puede ser.
¿Qué hago?¡¿Qué hago?! La puta madre, me tengo que despertar carajo la puta madre diosito dale por favor te juro que no tomo más la puta madre!
No es la primera veza que tiemblo, pero estos temblores son distintos. Vuelvo al celular. Llamo. Llama.
—Hol…
—Hola, profe, soy yo, est…
—Chino, qué pasó, otra vez quilombo en la Panamericana, dale?!
—No, profe, perá, en serio, hoy no, pará, estoy en casa, pero…
—¡¿Hoy con qué me vas a venir, loco?! Dale, ya fue, dejate de joder, en quince arrancamos, algunos ya están calentando, dale, dejate de joder
—No, profe, perá, en serio, perá, ayudame, yo… es que… estoy en casa
—Bueno, no me asustes, qué pasó, estás bien?
—Sí, no, no sé, esperá, es que… esperá, ayudame, yo, esperá… me levanté, mandé un mail que tenía que mandar, viste, todo bien, y me fui a bañar, todo bien, profe, me bañé, y me salí de bañar y… pero te digo en serio, profe, de verdad
—¿Qué pasó, qué me decís en serio? Dejate de joder no me des más vueltas que ya estamos todos hartos de las excusas, Chino, dale…
—Profe, es que me bañé, y me miro al espejo… pero de verdad, oíme, de verdad, me miro en el espejo y… no soy yo…
—Dale, loco, dejate de joder, vestite y vení, dale
—No soy yo, la puta madre, profe DE VERDAD TE DIGO QUE ME MIRO AL ESPEJO Y NO SOY YO LA PUTA MADRE ME MIRO AL ESPEJO Y VEO LA CARA DE HOUSEMAN PROFE LA PUTA MADRE POR FAVOR AYUDAME TE DIGO EN SERIO!!!
El profe hizo un silencio demasiado largo, y finalmente dijo:
—Está bien, loco, sos Houseman, está bien. Quedate ahí, ahora hablo con el club y que manden a alguien, te vamos a ayudar, vas a estar bien, hay un lugar donde te van a atender bien, vas a ver, vas a estar bien, quedate tranquilo, yo ahora hablo con el club, vos quedate tranquilo, es difícil pero se puede, vas a estar bien, loco, quedate tranquilo…
La reputa madre que los remil parió con el escabio, le oí decir a lo lejos, antes de cortar.