Estaban todos: su mujer, sus hijos, sus padres, sus primos; estaba la familia de ella, y algunos vecinos y compañeros de oficina.
Vestidos para la ocasión, tomaban café y hablaban por lo bajo. Él, fuera de sí, salió a tomar un poco de aire: el olor a flores era nauseabundo.
[originalmente publicado en historiasquenollevananingunlado.blogspot.com]