“Imagínate que cada día tuviera uno que tratar de matar la luna –pensó–. La luna se escapa. Pero ¡imagínate que tuviera uno que tratar diariamente de matar el sol! Nacimos con suerte”, pensó.
Ernest Hemingway, El viejo y el mar
[originalmente publicado en historiasquenollevananingunlado.blogspot.com]