En una sala de espera, varias personas esperan. Y un niño inquieto molesta.
Y en una de esas: “Papá, mirá!”. El padre, sentado a su lado, y sin siquiera despegar los ojos del celular, responde casi gritando: “Dejame de hinchar, no quiero mirar nada!”. En la sala, el murmullo se ahoga un segundo, después continúa.
El padre sigue absorto en el celular, y el chico, insiste: “Mirá, pá, mirá!”. El volumen es casi el mismo, pero el tono, claramente más violento: “Basta te dije!!”. El chico, como es deber de los chicos, pregunta por qué. Al no obtener respuesta, cierra la revista que tenía en la mano, y se aleja con aire desolado.
Lo veo cruzar todo el salón hasta el mostrador y reunirse con su madre, que en silencio le acaricia la cabeza y lo acurruca contra su panza, mientras espera los resultados de la ecografía.
[originalmente publicado en historiasquenollevananingunlado.blogspot.com]