Era temprano cuando salí de casa. El encargado limpiaba el piso del palier. No era el encargado de siempre. Era un reemplazo. Y estaba en sus ojos el reemplazo. Eterno reemplazo, segundeando, sombreando siempre a algún primero, ojeando siempre el diario del vecino. Eso parecía cuando uno lo miraba a los ojos. Y yo lo […]